¿Que se sabemos del tema? Muchos gatos adultos geriátricos sufren de enfermedad degenerativa articular (DJD en inglés) y dolor asociado crónico. Es conocido en medicina felina que varios factores pueden imposibilitar la capacidad para encontrar tratamientos eficaces y que incluyen la falta de herramientas de valoración validadas y clínicamente eficaces para identificar gatos con alteración de la movilidad asociada a DJD y dolor; y escalas de medición para el seguimiento y que permitan conocer la eficacia de los tratamientos terapéuticos empleados. El antiinflamatorio meloxicam es habitualmente utilizado para el tratamiento en perros con dolor crónico asociado a DJD. El meloxicam está actualmente aprobado en Europa para su uso en el tratamiento del dolor crónico en gatos, pero no ha sido aprobado con este objetivo en países de norte américa como Estados Unidos. Se han sugerido varias directrices a partir de estudios con meloxicam y gatos con dolor crónico y que indican que dosis más bajas de meloxicam que las ya aprobadas en Europa podrían ser igualmente eficaces para el tratamiento de DJD con dolor crónico asociado.
El FMPI (Feline Musculoskeletal Pain Index), índice de dolor musculo-esquelético en gatos, pretende ser una de estas nuevas herramientas que permitiría solventar la falta de herramientas de valoración del dolor crónico en gatos. El FMPI es una encuesta que se traslada a los dueños para valorar el dolor que presentan sus mascotas y pretende ser una ayuda lo más objetiva posible para evaluar no solo el dolor musculo-esquelético, sino también la evolución tras una tratamiento adecuado. Aunque refinada, esta encuesta presenta problemas de reproducibilidad y se aconseja que dicha actividad se valore dentro de propio grupo de tratamiento (o individuo) para evaluar la evolución, dada la elevada variabilidad interindividual observada. En ocasiones los propietarios que realizan este tipo de encuestas no son capaces de diferenciar mejoras o detrimentos de la situación clínica de su mascota una vez que se ha retirado el tratamiento placebo o el verdadero tratamiento clínico. Sin embargo, recientemente se ha publicado un estudio en el que cambiando el diseño experimental de estos estudios de eficacia del tratamiento, el propietario sometido a la encuesta es capaz de identificar cambios en los síntomas clínicos después de un periodo de tratamiento.
¿Cómo se realizó el estudio? La hipótesis que se planteaba en este estudio era que una dosis más baja de la clínicamente recomendada de meloxicam y administrada de forma oral una vez al día, incrementaría la actividad y movilidad del gato frente a los periodos en los que el tratamiento de meloxicam se había retirado completamente. Mediante un diseño control con tratamiento placebo, doble ciego y cruzado, 66 gatos con DJD-dolor crónico asociado y alteraciones en la movilidad fueron sometidos a estudio. Tras un periodo de monitorización inicial pero sin tratamiento, los gatos fueron sometidos a tratamiento farmacológico con meloxicam o con placebo durante tres semanas (21 días totales de tratamiento). Al finalizar el tratamiento, tres semanas se dejaron como perido de “lavado farmacológico” y finalmente durante otras tres semanas se volviron a tratar los gatos con el tratamiento farmacológico (meloxicam o placebo) inicialmente utilizado en el animal. Los animales fueron monitorizados con aparatos de actividad y movilidad, y los propietarios se les ofrecio rellenar los cuestionarios de FMPI, COSMf (Client Specific Outcome Measures) y calidad de vida (QoL).
¿Qué nos aporta este estudio? En este estudio, los autores pretenden mejorar la fiabilidad del índice de dolor musculo-esquelético en gatos (FMPI) y consideran que la medida objetiva de la actividad mediante monitores al efecto es un método adecuado. En este estudio además se investigó la habilidad del FMPI para detectar mejoras clínicas después de utilizar y tratar los gatos con meloxicam. En conclusión en este estudio, los valores de actimetría fueron demasiado variables para detector cambios de gato a gato entre grupos de tratamiento. Sin embargo, tras lo hallazgos se recomienda la utilización del FMPI para detectar empeoramiento en la sintomatología, mediante el uso de éxito o fallo en el tratamiento mediante las cuestiones del FMPI y del CSOMf. De manera interesante, en este estudio se recomienda que cuando se planteen estudios parecidos de eficacia farmacológica para dolor crónico asociado a DJD, se planteen estudios ciegos, paralelos que incorporen periodos de lavado ciegos que permiten introducir el concepto de valoración del deterioro (RAW design en inglés). De igual manera, se recomienda la utilización de la actimetría como método de referencia objetivo estándar, pero siempre mediante comparaciones pareadas dentro de un grupo y como comparaciones entre grupos mediante el grado de cambio.
Este artículo incluye la plantilla de evaluación o cuestionario FMPI: http://www.cvm.ncsu.edu/docs/cprl/fmpi.html
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