El uso de otros tratamientos y técnicas que son complementarias o alternativas a los tratamientos farmacológicos más habituales en medicina veterinaria tiene un gran auge dado que parecen ser eficaces en animales, como ya ocurre en las personas. Algunos pacientes con tipos específicos de dolor, como el crónico, se han beneficiado de este tipo de terapias alternativas de manera clara, pero también estás técnicas son... + Leer más
El uso de otros tratamientos y técnicas que son complementarias o alternativas a los tratamientos farmacológicos más habituales en medicina veterinaria tiene un gran auge dado que parecen ser eficaces en animales, como ya ocurre en las personas. Algunos pacientes con tipos específicos de dolor, como el crónico, se han beneficiado de este tipo de terapias alternativas de manera clara, pero también estás técnicas son complementarias actualmente a las técnicas habituales en pacientes con dolor agudo.
Modalidades como la fisioterapia, la rehabilitación física, la aplicación de diferentes estímulos físicos (p.e. calor, frío, estimulación eléctrica, la aplicación de láser y otras fototerapias), técnicas como la acupuntura, e incluso la administración de condroprotectores y nutraceúticos.
En muchas ocasiones, todas estas técnicas no bien desarrolladas ni entendidas en sus mecanismos de acción y de actuación paliativa, sufren en el ambiente científico de críticas al no venir acompañadas del mismo nivel de demostración científica a las que se somete a otros tratamientos. Pero lejos de cesar su uso y difusión, son cada vez más el número de estudios bien diseñados experimentalmente y sometidos a evaluación clínica para valorar su eficacia y seguridad, tal y como los productos farmacéuticos se someten a estándares de alta calidad.
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