Los fármacos más comunes empleados en el tratamiento del dolor son los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) tanto por su eficacia, su disponibilidad como por su facilidad de administración. Constituyen la terapia analgésica unimodal más habitual, es decir, empleando un único fármaco analgésico. Actualmente existen en el mercado veterinario no solo una amplia disponibilidad de AINEs sino que además pueden... + Leer más
Los fármacos más comunes empleados en el tratamiento del dolor son los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) tanto por su eficacia, su disponibilidad como por su facilidad de administración. Constituyen la terapia analgésica unimodal más habitual, es decir, empleando un único fármaco analgésico. Actualmente existen en el mercado veterinario no solo una amplia disponibilidad de AINEs sino que además pueden administrarse por las principales vías como son la oral, intramuscular, subcutánea e intravenosa. La vía oral resulta de gran interés en el postoperatorio y en especial para su administración a domicilio por el dueño. Además, la disponibilidad de presentaciones líquidas permite una mayor precisión en la dosificación frente a los comprimidos aunque también es posible disponer de estas a diferentes concentraciones para su ajuste a prácticamente cualquier mascota. Otra ventaja de la mayoría de AINEs modernos es que su administración es de solo 1 ó 2 veces al día.
Otros fármacos empleados cuando la intensidad del dolor es elevada, como en el dolor quirúrgico, son los opiáceos pero el control legal al que están sujetos la mayoría hace que su uso sea más restringido. La mayoría de los opiáceos, especialmente los de alta eficacia analgésica (morfina, metadona, fentanilo), requieren una receta legal de estupefacientes que debe ser prescrita por un veterinario. Sin embargo existen opiáceos con una eficacia intermedia, como la buprenorfina o el butorfanol, disponibles en el mercado veterinario y solo requieren una prescripción veterinaria convencional. Los opiáceos son fármacos comúnmente asociados a los AINEs en una terapia analgésica multimodal, es decir, que emplea varios fármacos analgésicos combinados.
Los anestésicos locales se emplean normalmente para procedimientos quirúrgicos y permiten bloquear o reducir el dolor proveniente de la zona intervenida. Otros fármacos con efectos analgésicos pero que al mismo tiempo tienen efectos sedantes o anestésicos son, respectivamente, los agonistas de los receptores adrenérgicos alfa-2 o la ketamina. Aunque estos fármacos pueden administrarse por vía oral, normalmente se administran inyectados por vía intramuscular o intravenosa. Estos fármacos suelen asociarse con los AINEs y los opiáceos como parte de una terapia analgésica multimodal en la cirugía.
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