Los métodos de valoración del dolor se basan fundamentalmente en la valoración de comportamientos y, en mucha menor medida, en modificaciones de parámetros fisiológicos como son cambios en la frecuencia cardiaca, al ser cambios menos específicos de dolor. Para tratar de objetivar la valoración se han intentado crear escalas o sistemas de valoración de los elementos asociados a la presencia de dolor.
Las escalas más simples, descriptivas, asocian una puntuación a un estado general asociado al dolor:
- Sin dolor;
- Dolor leve con manifestaciones poco evidentes (mediante palpación);
- Dolor moderado con alteraciones igualmente moderadas pero claras del comportamiento y la fisiología;
- Dolor intenso con alteraciones muy evidentes del comportamiento y la fisiología;
- Dolor insoportable con manifestaciones violentas y continuas
La escala numérica adjudica un valor numérico a cada descripción, normalmente del 1 al 10. La escala analógica visual determina el dolor sobre una línea de unos 10 cm cuyos extremos describen la ausencia de dolor y el dolor más intenso posible. Desgraciadamente estos métodos pueden dar resultados con hasta un 30% de variación aunque al menos implica un proceso de valoración más sistemática que previamente no existía.
Actualmente se emplean otras escalas más complejas que valoran el comportamiento y constantes fisiológicas. La escala de la Universidad de Melbourne establece seis categorías sobre variables fisiológicas, respuesta a la palpación, actividad, estado mental, postura y vocalización. La suma de puntos, hasta un total de 27, de las diferentes categorías define el grado de dolor. La escala de la Universidad de Glasgow es la única validada, es decir, que arroja resultados similares independientemente de la persona que lo valore. Esta escala es la más empleada actualmente para valorar el dolor en perros.
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